Para hacer nuevamente una Argentina Grande

El pasado sábado 5 de Noviembre de 2022, en Cabalango, Valle de Punilla, Córdoba, se llevó adelante el Plenario Federal donde, por sentimiento patrio, renace el ancestral Movimiento de Liberación Nacional y el IPEA (Instituto de Planificación Estratégica Argentina) órgano desde el cual continuaremos la construcción del Modelo Argentino, acorde a las necesidades y anhelos de la Patria Argentina, con abierta participación de quienes quieran trabajar por y para nuestra Patria. De Ushuaia a La Quiaca, del Ande al Atlántico Sur, del Litoral a la Estepa Patagónica, de la Pampa a la Antártida, para hacer nuevamente una Argentina Grande.

Nos reunimos como argentinos convocados por legado que Juan Domingo Perón plasmó en el Modelo Argentino para el Proyecto Nacional. Porque somos conscientes que para “un argentino no hay nada mejor que otro argentino” y buscamos encarnar este apotegma en cada ámbito en el que nuestros hombres y mujeres se expresen.

Es el Modelo Argentino el testamento político de Juan Perón, quien tras haber dedicado su vida a la lucha por la liberación nacional; afirma que todos los sectores de la vida pública deben ser convocados no solamente para ser parte de las listas, sino para expresar el modelo de país al que aspiran. Juan Perón afirma y el tiempo le da la razón. La política de políticos, de profesionales, la política clausurada ya no tiene rumbo. Las instituciones del régimen expulsan a los argentinos, marginan a través de una burocracia que nada resuelve ni contiene.

Pero el Modelo no es sólo una forma de organizar la cosa pública. Es la expresión de todos los aspectos a restaurar para la reconstrucción del hombre argentino. El hombre en su comunidad, para la que la familia es el alfa y la Nación el omega. El varón y la mujer argentina, unidos en familia, trabajan para su comunidad y forjan sus propias instituciones para tomar las decisiones que hacen al bien común.

La nación argentina se restaura a través de la conducción de las empresas y corporaciones del Estado; asumiendo la administración real del patrimonio nacional, de lo que nos pertenece. Reconocemos en nuestra historia a los grandes arquetipos de la liberación nacional: San Martín, Rosas, Yrigoyen y Perón. Desde ya que no desconocemos a los millares de patriotas que nos han engrandecido y nos enorgullecen; pero resumimos en ellos cuatro los hombres que en sus tiempos encarnaron un modelo protector del Pueblo y de liberación nacional.

El río cuando crece bajo el empuje del sudeste disgrega su masa de agua en finos hilos fluidos que van cubriendo los bajíos con meandros improvisados sobre la arena, en una acción tan minúscula que es ridícula y desdeñable para el no avezado que ignora que ese río es el anticipo de la inundación. «Tierra sin nada, tierra de profetas» de Raúl Scalabrini Ortiz.

“Muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen las tácticas del agua. Las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna por desbordar, si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación minándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logra, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre, torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla. Con los pueblos pasa lo mismo, los dos, torrente o pueblo, son fuerzas de la dinámica universal y actúan con leyes y mecánicas semejantes. Los viejos diques del imperialismo, las oligarquías y las plutocracias comienzan a ceder, esta vez en el mundo, como cedieron en Francia en 1789 y en Rusia en 1918 ante el impulso incontenible y avasallador de los pueblos”. Juan Domingo Perón

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